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Halloween, ¿de qué y de cuándo?

Halloween, ¿de qué y de cuándo? A ver, todos ustedes, chicos y mayores menores de veinte años, ¿podrían decirme cuándo demonios han celebrado ustedes el puñetero Halloween? Porque yo no lo recuerdo. Quizá es que ya voy para viejo, o que en mi juventud me pasé con la absenta, todo es posible en este mundo nuestro de hoy en día.

Lo cierto es que no veo que nadie levante la mano. Natural, porque no hay un alma en este país, a no ser que tenga la desgracia de tener entre uno y ocho años, que sepa o recuerde cómo diablos se celebra esta fiesta que los grandes superficies se han sacado de la manga. Yo sé que nunca me he disfrazado de piltrafa humana antes de Febrero (tiempo en el que se celebran mis benditos carnavales de Cádiz), y que jamás he ido de puerta en puerta pidiendo a los vecinos que me dieran caramelos bajo la amenaza velada de hacerles una putada en caso de que me los negaran.

No, no señor. Nunca.

Porque en esta nación, y en cualquiera de sus autonomías federalistas, siempre se ha celebrado esta época con grandes ingestas de castañas y nueces, huesos de santo y panellets; con ramos de flores para honrar a los difuntos, en cementerios abarrotados y rebosantes de color, de olor a ropa nueva; y con representaciones de Don Juan, el siniestro, locuaz, y bribón Don Juan Tenorio, pervertidor de doncellas y crápula establecido, gallardo y pendenciero, saqueador de tumbas y borracho empedernido. Un tipo mucho más interesante que toda esa panda de seres supuestamente monstruosos que abarrotan las pesadillas de un pueblo tan infantil como el norteamericano.

Pero, no se engañen, todo es parte de una estrategia comercial muy bien planificada. Las grandes superficies tienen que cubrir un pequeño espacio vacío entre las rebajas de septiembre y la precampaña de navidad (hoy he comprado polvorones, turrones, y demás chucherías, contemplando asombrado los pasillos rebosantes de juguetes con opción a reserva). Como no hay un Dia de... a mano, nos endilgan el puñetero Halloween, para que nuestros retoños se vistan de mamarrachos y den por culo a los vecinos. Y es que, desgraciadamente, el disfraz de Don Juan no da para mucho en lo que a ventas se refiere, y las flores no son mercancía con la que poder trapichear si hay cadáveres de por medio.

Aunque, a más de uno, no le importaría mucho enfundarse las calzas y pillar a una buena Doña Inés en alguna apartada orilla...

4 comentarios

Alfonso -

Repito que no lo había leido antes, y parí el mío que vine a decir mas o menso lo mismo.
¿Que me diste en Getafe, joio? :)
Salud

JR -

Gracias por tu comentario, Alex. Es el primero, y eso siempre es de agradecer, sobre todo si estás de acuerdo... :))

Alex Vidal -

Amigo Juaki :) cuánta razón tienes, más razón que un santo. Halloween en vez de Difuntos, Santa Claus (blando y cursi donde los haya) en vez de los Reyes Magos, boda real en vez de república, acción preventiva en vez de guerra colonial... Hay tantas cosas que nos imponen...

Por cierto, algún día te comentaré como, gracias a la web del Vaticano ;) solucioné una duda sobre una cita bíblica en Declara de Powers.

Saludos

perez -

pues sí que tienes razón, hombre, pero tampoco es para ponerse así.